Jorge Tinajero
La NFL ha desarrollado una posicion especial, que requiere jugadores dominantes en la defensiva que merodean desde lo profundo del campo para servir como la última linea de defensa e, incluso, detener el juego terrestre. Estos defensivos son bien conocidos como safeties o defensivos profundos.
Desde lejos de la linea, hacen valer su dominio con su fortaleza y velocidad, traducidas en golpes sobre los receptores para evitar su avance o la recepcion, pero tambien para derribar a los corredores sin otro recurso que dejarse impactar contra ellos.
Muchos buenos jugadores han jugado esta posicion en la liga y los Broncos no son la excepcion. De hecho, han corrido con la fortuna de contar con muy buenos defensivos que cumplen con este perfil, pero solo ha existido y existira un Steve Atwater.
El cambio se gesto desde Arkansas
En 1985, Atwater comenzo su carrera colegial con los Razorbacks de la Universidad de Arkansas donde no hizo otra cosa que brillar tras cambiarse de la posicion de quarterback, que jugaba en high school, a safety. Definitivamente tomo la decision correcta.
En su carrera colegial fue en tres ocasiones parte del equipo All-Southwest Conference y un par de veces del equipo All-American, nombramientos no se dan a cualquiera. Sin duda, su desempeno en el terreno de juego colaboro para que los Razorbacks ganaran el titulo de la conferencia para despues disputar el Cotton Bowl en 1988 ante UCLA.
Atwater aún conserva el record de la universidad de Arkansas del mayor número de intercepciones, con 14 en toda su trayectoria. Su calidad como defensivo le valio participar en el juego East-West Shrine de 1989, donde consiguio un par de intercepciones, terminando como el jugador mas valioso del encuentro.
Y asi, estaba a un paso de continuar su carrera como profesional.
De novato prometedor a defensor estelar
En el Draft de la NFL de 1989, Steve Atwater escucho su nombre en la primera ronda con la seleccion número 20. Los Denver Broncos alzaban la mano para tomar al primer jugador en la posicion de safety y uno de los mejores prospectos de esa Clase.
Esta defensiva formaria una pareja de safeties con caracteristicas muy similares gracias a que ya contaban con Dennis Smith, el memorable número 49 de los Broncos quien junto con Atwater fue la pesadilla de muchos receptores de los equipos rivales.
En su temporada de novato, Atwater registro 129 tackleadas, la segunda mayor cantidad del equipo, y ayudo a convertir a la defensiva número 20 en puntos permitidos la temporada anterior en la que menos puntos acepto en 1989. Ese ano, Denver termino con el mejor record de la NFL, asegurando el cuarto viaje de la franquicia al Super Bowl.
Rapidamente comenzaria a impactar en la liga y en los Broncos para construir una carrera de Salon de la Fama. Ya en su segunda temporada, en 1990, tuvo su primer llamado al Pro Bowl de siete consecutivos, para terminar con ocho. En 1991 y 1992 logro ponerse en el radar entre los mejores de su posicion para ganarse un lugar en el equipo All-Pro.
En 1997 fue parte importante del primer equipo que gano un Super Bowl en la historia de los Broncos y un ano despues, llegaria el segundo. Con ese segundo anillo dijo adios a Denver para jugar una temporada mas en su carrera profesional en New York.
Pese a un sinfin de grandes jugadas y momentos importantes en la carrera de Steve Atwater, no hubo una jugada de mayor impacto como la que relataremos a continuacion.
La magia de un lunes por la noche: enfrentando a la Pesadilla Nigeriana
Los Broncos jugaban su segundo encuentro de la Temporada 1990, primero en casa, un lunes 17 de septiembre por la noche ante Kansas City. Duelo divisional y escenario que presagiaba algo magico en Denver.
Y algo asi intuia el historico ejecutivo del equipo, Jim Saccomano, quien propuso la posibilidad de utilizar un microfono de NFL Films en Steve Atwater. No fue facil para el safety de los Broncos aceptar de inicio, pero al final accedio. Esa decision nos daria una perspectiva mas clara de por que Steve fue un jugador de impacto.
En Kansas City jugaba un running back de mas de 117 kilogramos (260 libras), originario de Enugu, Nigeria que hasta entonces tenia la fama de casi imposible de derribar. Con la capacidad de pasar por encima de cualquier jugador defensivo de la liga para ganar yardas gracias a su fortaleza y corpulencia, se gano a pulso su sobrenombre de La Pesadilla Nigeriana, o Nigerian Nightmare.
En los Broncos, Steve Atwater, que por entonces ya era conocido como Smilin' Assassin, o El Asesino Sonriente, por su evidente sonrisa y valor para impactar rivales. Cabe mencionar que pesaba once kilogramos (25 libras) menos que Okoye.
Saccomano sabia que al enfrentarse dos jugadores con tremendos sobrenombres, con de sus condiciones fisicoatleticas y estilo de juego, algo magico podria ocurrir.
¡Y paso!
En una jugada en la que le dieron el balon a Okoye para acarrear el balon por el centro de la linea, aparecio Atwater desde lo profundo del terreno para hacer contacto y realizar lo inimaginable: impactar al running back de Kansas City de tal forma que lo derribo, haciendolo retroceder. Asi fue, sin necesitar mas que su fuerza para detener a uno de los jugadores mas complicados de tacklear en la NFL.
Esa jugada de Steve Atwater se gano un lugar entre las mejores cien de la NFL en su primer centenario de existencia. Asi de impactante fue la tackleada de Atwater sobre Okoye: descarrilo al tren.
Un legado duradero
Fue una espera larga, pero al final Atwater encontro su camino a Canton, Ohio en 2020. Los Denver Broncos sumaron con el a otro jugador en el Pro Football Hall of Fame y la aficion estaria feliz por ello.
Sus 1 188 tackleadas, 24 intercepciones, 5.0 sacks en 11 anos de carrera profesional dejaron una huella para las siguientes generaciones. Su estilo de juego, junto con su sonrisa siempre seran recordados entre la aficion de los Broncos.
Y el mismo lo dijo: "Siempre trate de ser agresivo. No siempre hice todas las tackleadas o di los grandes golpes, pero trate de jugar agresivamente en cada jugada."
Aqui en Broncos Country siempre valoramos tu estilo de juego, entrega y persistencia. ¡Gracias, Steve!